Imaginad un mundo distópico. En él, un país con una población envejecida y cansada rechaza insensatamente población extrajera joven mientras sus mejores mentes se ven abocadas al exilio ante la falta de oportunidades en su tierra. Un país que acaba de salir hace menos de una generación de un gobierno tiránico teocrático y que aún mantiene las viejas nefastas costumbres de antiguos rituales supersticiosos que rigen gran parte del ordenamiento social y que sirven para distraer, junto con juegos deportivos periódicos, a una población alienada de la corrupción imperante en toda la engrosada administración pública que se usa para que los despojos del régimen anterior sigan perdurando y mamando de la teta del dinero público.
En esta horrible y recién inventada distopía, muy poco a poco, la población se despierta del letargo. Viejas costumbres van quedando relegadas al ostracismo, y con el avance de la tecnología y las comunicaciones todo va mucho más rápido. Pero siempre hay reductos en todo. Una parte de la población se niega a seguir el ritmo de los tiempos aferrándose desesperadamente a su concepto de vida enarbolando por bandera su idea de “unidad familiar” como base de las gentes de bien. Todos los demás son poco menos que unos desviados.
“Nos están pasando por encima” reflexionan. “Tenemos que tener más presencia en las nuevas formas de comunicación, llegar a la gente joven. Necesitamos asegurar el relevo generacional. Ya no nos basta con tener muchos hijos”. Es cierto. Se están quedando muy atrás, y desde su lúgubre guarida escondida en una ominosa cadena montañosa, la Liga del Mal de estas gentes llega a una conclusión. La que será su Solución Final. “Creemos una Youtuber”.
“Azuljazmin” es el nombre elegido para la criatura. Será mujer. Desde la perspectiva de la Liga del Mal ellas son la base del cuidado de la casa y la familia. Y ese es el mensaje a transmitir. Un Show de Truman de una mujer, siempre guapa (desde las 07:00 de la mañana con la sombra de ojos), casa perfecta (propia de anuncio de Ikea), familia numerosa (atrezo), amante esposo y trabajador (¿en qué cabeza entre que una mujer tenga carrera profesional?)… eso sí, para el ojo algo más ávido de conocimiento algo falla. Es como la teoría de la robótica del valle inquietante. Se parecen tanto a los humanos, que no son humanos. Y eso produce rechazo. Parece de verdad, como los orcos de El Señor de los Anillos, pero sabes que no lo son.
Pero nada de eso importa. Ni la ausencia de tiempo material para que los videos sean creíbles, ni la edición semi-profesional de los mismos, ni el maquillaje perfecto día tras día, ni la ausencia de objetos personales propios de una vida en familia como juguetes por el suelo, el último libro que leíste anoche antes de acostarte, o una videoteca para las noches de tedio. Una mezcla inquietante entre los Sims y los anuncios de televisión de Paul Verhoeven de Robocop y Starship Troopers. Video, tras video, tras video subido a youtube.
Y la cosa marcha. Verdeli… ejem, perdón, Azuljazmin tiene una buena panda de adeptos fanáticos que no sólo creen que en esa forma de vida. Si no que creen que lo que ven por sus móviles y sus monitores de PC es real. Pero no olvidemos que estamos hablando de un mundo distópico. Esa gente ha sufrido mucho durante mucho tiempo. ¿Quiénes somos nosotros para culparles por querer creer que sus fantasías se hacen realidad?... aunque sean estúpidas y machistas…
El problema, es que hemos visto La Bruja de Blair hace mucho tiempo, y sabemos lo que es un falso documental.
Firmado: El Troll.
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