sábado, 31 de octubre de 2015

La Caverna del Troll 3: Paracetamol y mucha agua.

¿Ha escuchado usted alguna vez la frase de más arriba? Se convirtió en recurrente en una ya vieja (y malísima) serie de televisión española. 
Cierto es que para el resfriado común hidratarse viene muy bien para ir fluidificando los mocos. Y el paracetamol es la panacea de nuestra era contra la fiebre. Conocerá usted como madre el incombustible Apiretal, la versión para críos del paracetamol que nos comemos como lacasitos los adultos. Con ello habrá usted controlado la fiebre de su pequeño más de una o dos veces. ¿Pero qué haría usted si su médico le dijera que “deje pasar la fiebre al niño”? ¿Qué haría usted si su médico le explicara que es un proceso “natural” mediante el cual el cuerpo está combatiendo la enfermedad? Pues bien, le diré lo que yo haría. Denunciar a ese “médico” ante todas las autoridades competentes. Y con denunciar quiero decir darle dos hostias, ya que le va a salir a usted más rentable debido al contubernio de las instituciones, porque es muy probable que alguien que diga eso se autoproclame como homeópata. Lo que significa que deberían quitarle la carrera de medicina ipso facto ya que eso implicaría o bien que ha olvidado los conocimientos más básicos de la química, o que pretende venderle agua a precio de oro sin importarle poner la vida de su hijo en juego. En ambos casos son un peligro y la homeopatía es el MAL.
 ¿Qué es la homeopatía? No está usted en la obligación de  saber nada de química. Así que vamos a hacerlo fácil. Coja usted, señora mía, una botella de cocacola. Y de ella saque una cucharada sopera. Vacíe usted esa cucharada en una botella de dos litros de agua y agítela bien una vez hecho. ¿Ya? Bien. Coja usted una cucharada sopera de esa botella y vierta su contenido en otra botella de agua de dos litros. Agítela bien. ¿Ya? Bien. Coja usted una cucharada sopera de esa última botella de agua y viértala en otra botella de dos litros de agua… ¿ha pillado ya de que va todo esto? Repita usted este proceso unas 30 veces. Imagine el aspecto, color y sabor de la última botella de dos litros. Pues eso es cocacola homeopática. La cual le costará más cara que la cocacola original, no tendrá el sabor de la cocacola, no parecerá cocacola… de hecho será agua. Pero oiga, es cocacola natural.
¿Le parece todo esto una exageración? Pues simplificando, en la homeopatía hay preparados que repiten este proceso 200 veces y no con una cuchara sopera si no con una gota del producto que sea. Se puede usted imaginar lo cara que le está saliendo la pastilla de agua y lo eficaz que va a ser para bajarle esa fiebre tan “natural” que tiene su hijo.
“¡Pues a mí me funciona!” Claro, porque la mayoría de los procesos patológicos que sufren nuestros hijos son por suerte tan banales como los resfriados que padecemos usted y yo cómo adultos. Pero si su pequeño tiene algo de mala suerte, tras cuatro o cinco días de agónica y “natural” fiebre (que no baja por culpa del “remedio” homeopático que le han mandado, pero usted está tranquila porque le han dicho que eso es “natural”) acabará usted en urgencias del hospital más cercano con su hijo en muy mal estado debido a una fiebre tan alta que hará dudar al pediatra que lo atienda entre si debe o no llamar a los servicios sociales. 

Así que a partir de aquí, usted misma. Si sigue interesada en usar “remedios” homeopáticos, tengo un refresco de cola natural y a muy buen precio que puede interesarle.   

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